jueves, 7 de abril de 2011

Fragmento

Unida por un istmo a una realidad rígida y estructurada…

Una vez roto, soy una isla volcánica unipersonal a la deriva.
Que apenas flota, con un mar en calma que no me deja respirar.
Que vuela, entre fuerte oleaje. Con velas henchidas de adrenalina. Sintiendo el trepidar de aire frío en la cara, el hielo fundido en las venas. Y las vísceras contraídas, empujadas por un vértigo liberador.

Algo que no puedo o no quiero evitar.




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