miércoles, 8 de julio de 2015

Al otro lado del espejo.



  • Otra vez es verano. No me gusta.
Buscaba algo que ponerse, revolviéndolo todo a su paso.
Observó su desastrosa vida reflejada en aquella habitación, que a primera vista, más podría parecer la desoladora fotografía tomada a los estragos de un tornado.

Siempre había vivido en su lado del espejo, aunque nunca supo dónde se encontraba en cada momento, si alguna vez dejó de ser su reflejo.
Veía la vida pasar, a veces moviéndose, a veces congelada en un punto mientras era ella quien se movía. Imaginaba esa típica escena donde alguien, sentado junto a la ventanilla de un tren, observaba el paisaje que pasaba vertiginosamente frente a sus estáticas pupilas. Pero, cuál de las dos realidades permanecía estática y cuál en movimiento, porque así de relativa había llegado a ser su existencia.

Y así, como dos piedras que al frotarse en sentido inverso hacen saltar chispas hasta llegar a provocar fuego; los dos lados del espejo, en ciertos momentos, se enfrentaban deslizándose sobre su superficie, desprendiendo una energía tal que llegaba a licuarla. Era entonces cuando, al no encontrar resistencia, atravesaba el transparente cristal para convertirse en su propio reflejo.

Yul.

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