domingo, 21 de octubre de 2012

En el alféizar de mi ventana.


Hay días grises. Y días que, aún con un sol pintado sobre lienzo azul, el negro nubarrón oscurece el sentido del sinsentido.
Días que llueve fina lluvia. Y días que la tormenta desdibuja las caras de la gente al pasar. Porque pasan y no dejan huella. Porque ni se interesan por pasar, porque no ahondan en mi interior. Dejando que mi herida cauterice en soledad.

Lluvia. (Yul)

Ahí siguen pasando, bajo sus paraguas negros. Recubriendo su negro corazón.

Y ahí sigo, tras los cristales. 
 Rebosando ennegrecidas gotas,  el alféizar de mi ventana. 
Uniendo hojas, y formando palabras. 
Comunicando mi espíritu, con el tronco del árbol.
 Enredando mi pelo, en sus frías ramas.
Abrazando su sabia, tragando su alma.

Ojos de pantera, sangre en las venas.
Hundiendo las uñas, en su sombra oscura.
Verde, rojo, negro, todo retumba.

Y a nadie le importa.
Ya nadie pasa.
Ya enmudeció el alféizar,
tras la ventana.

Yul.


No hay comentarios:

Publicar un comentario