miércoles, 2 de mayo de 2012

Un día tras otro...


Todos los días son iguales. O, quizá, fueran iguales en otro tiempo. Hoy todo ha cambiado. Mi mente se ha relajado. Puede que no sea así. Creo que, más bien, se ha activado. O redireccionado. Sigo aquí, en el mismo lugar, como si jamás me hubiera movido, como si de una estatua se tratara.  Puede que fuera eso, una piedra inamovible, un inmueble anticuado, agrietado y obsoleto, por cuyas ranuras, externamente invisibles, lorgra salir un poco de vida al exterior... No recuerdo nada distinto, puede que fuera así. los días pasan, sin quedarse, a través de las grietas. Nada se mueve, todo permanece. Cronos respira lentamente, como aquel reloj de pilas gastadas empuja sus agujas, cansada e imperceptiblemente. Y así, un día tras otro. 
Yul.
 

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