viernes, 2 de diciembre de 2011

Perdida en mi interior.





Demasiados meses arreglando la vida de otra persona.
Ahora me toca a mí. 
Necesitaré todo el tiempo para remover la casa desde mis cimientos.
Cuanto más me encuentro, más perdida estoy.

Es mi interior un mundo para perderme. Lo prefiero así. Hay momentos, esos momentos, estos momentos, en los que siento una fuerza que me atrae y enreda en la enmarañada paz…


No es aquí donde abro mi interior, sino donde lo encierro. Quien accede, no entra. Quien cree entrar, sólo ve palabras sordas que bailan al ritmo de una música muda. 
En el concierto del desconcierto. Dando señales de vida, o de muerte.


Solas entre la muchedumbre,  olas que se mueven   invisibles. Sensaciones encadenadas. Pensamientos inconscientes. 
Cada vez más dentro, cada vez más atrapada. 
Lo necesito. Es mi tiempo, mi nada, mi vacío… Y aquí me quedo, mecida, arropada.

Yul






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